A esta fecha se han liberado más de 450,000 tortuguitas.

El pasado 1 de septiembre dio inicio la veda de la tortuga golfina en el Golfo de Fonseca, especie en peligro de extinción. A partir de esta fecha y durante 25 días queda terminantemente prohibida la recolección y comercialización de huevos de tortuga en el sur del país.

Para la presente temporada se espera la protección de al menos 400 nidos del anfibio, el cual llega a las costas del Pacífico hondureño en un descanso en su travesía migratoria entre Canadá y Tierra del Fuego, en Chile.

Todos los años, a principios de septiembre, el sur de Honduras es testigo de la llegada de cientos de tortugas que se adentran en el Golfo de Fonseca para desovar. En su breve visita a las playas de la región, cada una de ellas dejará entre 80 y 120 huevos que 45 días más tarde eclosionarán.

A pesar del elevado número de huevos, las tortugas que llegan a adultas son muy pocas. Constantemente los nidos son atacados por depredadores naturales como diversos animales, impidiendo que muchas de ellas lleguen siquiera a nacer. Las que sí lo hacen y logran atravesar la arena de la playa, han de superar una larga travesía en el mar llena de obstáculos, entre ellos aves y peces, lo que hace que sólo unas cuantas consigan salir del golfo y alcanzar la edad adulta.

La tortuga golfina se ha convertido en un símbolo de identidad de las comunidades costeras del sur de Honduras y su protección se ha hecho indispensable para intentar revertir el proceso de extinción. Para detener esta tragedia, los habitantes de El Venado, Punta Condega, Punta Ratón, Cedeño y Boca del Río Viejo, comunidades situadas en el municipio de Marcovia, Choluteca, se organizan en auténticas brigadas y comités para patrullar las playas y recoger los huevos que las tortugas dejan en las playas, trasladándolos a unos viveros que vigilan 24 horas al día, a la espera de que nazcan las nuevas tortugas del golfo.

Lufussa durante los últimos diez años ha venido entregando recursos para la compra de equipo, materiales, adquisición de combustibles, pago por asistencia técnica especializada durante la siembra e incubación de huevos, nacimiento de neonatos, liberación y tabulación de datos biológicos y alimentos por trabajo, entre otras actividades.
Hasta la fecha se han liberado casi medio millón de tortuguitas como resultado de este programa.

Christopher Kafie, de Lufussa, expresó refiriéndose a este programa:

“Llevamos once años con esta temporada apoyando con mucho entusiasmo esta noble causa. Reiteramos que Lufussa, además de generar la energía que Honduras necesita para su desarrollo al precio más bajo, prioriza el cuidado del medio ambiente, así como el mejoramiento del nivel de vida de nuestras comunidades vecinas».

Con la entrega reciente de semillas al vivero que tiene la Alcaldía Municipal del Distrito Central (AMDC) en El Picacho, la empresa Lufussa totaliza 726,000 árboles producidos, como parte de la iniciativa “Vamos a plantar” que desarrolla en alianza con el Instituto de Conservación Forestal (ICF), la comuna de esta capital y Lacthosa.

La empresa Lufussa firmó con el Instituto de Conservación Forestal (ICF) en el mes de marzo del año 2016 la iniciativa “Vamos a plantar”, cuyo objetivo en su momento fue restaurar las zonas afectadas por el gorgojo descortezador del pino. Lufussa se comprometió a construir, equipar y hacer producir un vivero en las instalaciones del ICF en Guaimaca con capacidad para 200,000 árboles en cada plantación.

La meta final de este esfuerzo es entregar en total un millón de árboles.

Vivero construido por Lufussa en el plantel del ICF en Guaimaca, Francisco Morazán.
Tiene una capacidad de producción de 200,000 plántulas.

Por su parte, el ICF ha proporcionado la asistencia técnica necesaria en todo el proceso de plantación y el traslado de los arbolitos al lugar donde están siendo trasplantados. Este vivero que impulsa el ICF a través de la empresa privada va específicamente destinado a restaurar áreas afectadas en los municipios de Talanga, la Villa de San Francisco, El Porvenir, Cantarranas y Orica. Son alrededor de 13 hectáreas, con especial énfasis en las áreas protegidas de Misoco, El Chile y algunas microcuencas abastecedoras de agua para estos municipios.

La empresa Lacthosa se sumó también a la iniciativa “Vamos a Plantar” en su III Etapa, apoyando las acciones de reforestación y producción de plantas.

En el año 2017 se unió a “Vamos a plantar” la Municipalidad del Distrito Central (AMDC), donde Lufussa entregó insumos, proveyó materiales y mano de obra para el mejoramiento del vivero con capacidad para 126,000 plantas que la comuna atiende en el Parque de las Naciones Unidas en El Picacho, como un aporte para colaborar en la reforestación de diferentes lugares en Tegucigalpa.

En este año 2019 “Vamos a plantar” llega su cuarta etapa y la meta de plantar un millón de árboles se acerca, siguiendo con el apoyo de las campañas de reforestación que promueve el ICF a nivel nacional.