— La empresa lleva más de dos décadas de ejecutar labores sociales a favor de las poblaciones vecinas a la planta de generación de energía.

Luz y Fuerza de San Lorenzo (Lufussa) consolidada como una empresa socialmente responsable, recibió por noveno año consecutivo el sello de Fundahrse, institución que la reconoce como una empresa comprometida con los principios de responsabilidad social empresarial, los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la iniciativa del Pacto Global de Naciones Unidas.

Y es que, por más de 28 años, Lufussa ha emprendido acciones positivas que han aportado al desarrollo económico de la zona sur del país, además de la inversión en obras sociales a favor de mejorar la calidad de vida de los habitantes en las comunidades de influencia.

Luz y Fuerza de San Lorenzo, inició operaciones en 1994, con el propósito de suministrar la energía eléctrica que necesitaba el país bajo los estándares más altos de calidad y confiabilidad. Desde esa fecha ha impulsado proyectos sociales a través de tres pilares: Ambiente, Comunidad y Educación.

En 2019 además se sumó a la iniciativa del Pacto Global de Naciones Unidas para dar cumplimiento a los Objetivos de Desarrollo Sostenible-ODS.

Entre los proyectos ejecutados en 2022 destacan, el apoyo que por más de 10 años consecutivos han recibido los cinco centros de educación prebásica que funcionan en San Lorenzo, la reparación y remodelación de la infraestructura del kínder de la comunidad y sumado a ello la construcción de una caja puente, en la comunidad de El Tambor.

También, Lufussa ha invertido en la construcción de un muro de contención y ampliación de la calle en la comunidad de Pavana y próximamente culminará la construcción de un tanque de almacenamiento de agua potable con capacidad de 25 mil galones, para mejorar la calidad de vida de los habitantes de la comunidad de Guanacastillo, en el sur de Honduras.

Comprometidos con el medio ambiente

Es importante destacar que para la preservación de los recursos naturales Lufussa junto a la Fundación Kafie, lideraron el proyecto “Arrecifes Artificiales”, donde sumergieron en el Golfo de Fonseca 180 domos que ayudan a crear un hábitat artificial y permite la proliferación de peces apoyando de esta manera a 1,000 familias que viven de la pesca en la zona sur.